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Lanzar una start-up es una aventura llena de desafíos, oportunidades y decisiones cruciales que pueden definir el éxito o fracaso de una empresa desde sus inicios. En España, el marco legal y fiscal para las empresas que cumplen con las características propias de una start-up tiene una serie de particularidades que todo emprendedor debe conocer para proteger su proyecto y asegurar un crecimiento sostenible y ordenado del mismo, creando de este modo una estructura más atractiva de cara a su valoración por terceros inversores, entre otras cosas.

A continuación, ofrecemos una pequeña guía con una serie de consejos que todo emprendedor debe tener en consideración al iniciar un proyecto de start-up.

1. Definir la estructura legal más adecuada para tu start-up

Elegir la estructura legal idónea de entre las diferentes opciones es primordial para garantizar aspectos como:

i) El impacto en la responsabilidad legal de sus socios, adquiriendo especial relevancia esta condición en empresas que cuentan con normativa concreta, como pueden ser las empresas dedicadas a los sectores FinTech, eHealth o EdTech, entre otros, que en ocasiones requieren la elección de un tipo social concreto debido a las características de la propia actividad;

ii) Una estructuración fiscal adecuada, en función de las pretensiones de los socios, sus condiciones particulares y las características de la actividad empresarial;

iii) La adaptación del tipo social a los requisitos de inversión y crecimiento de la propia sociedad, teniendo en cuenta que las formas jurídicas como, por ejemplo, la sociedad de responsabilidad limitada (S.L.) o la sociedad anónima (S.A.) pueden facilitar la entrada de nuevos inversores mediante la emisión de participaciones o acciones, o incluso la obtención de subvenciones, considerando que, en ocasiones, sus propias bases legales exigen que el beneficiario cuente con ciertas formas jurídicas específicas para tener acceso a esta financiación.

2. Formalizar un pacto de socios al emprender una start-up

Contar con un pacto de socios desde el inicio de una start-up es fundamental para prevenir conflictos y garantizar estabilidad en el marco de la actividad empresarial.

Mediante este documento, el emprendedor puede definir los roles dentro de la start-up, el modo de realizar las aportaciones, la distribución de beneficios, los diversos mecanismos de entrada y salida de socios y, además, proteger la propiedad intelectual, entre otras cosas. Además, contar con un pacto de socios permitirá regular los mecanismos de resolución de disputas para así evitar bloqueos en la toma de decisiones.

En suma, este documento es clave a la hora de captar inversores, ya que aportará seguridad jurídica y una mayor confianza de estos terceros. Adaptar el pacto a las necesidades específicas de la empresa asegurará que la misma esté mejor preparada frente a situaciones imprevistas, promoviendo su mayor crecimiento y sostenibilidad a largo plazo.

3. Proteger la propiedad intelectual al emprender una start-up en España 

Desde una perspectiva legal, proteger la propiedad intelectual al inicio de una start-up se convierte en un aspecto esencial a la hora de asegurar la exclusividad sobre activos clave como puedan ser marcas, patentes, diseños o software propiedad de la empresa.

En este sentido, el registro o la suscripción de acuerdos de confidencialidad sobre estos derechos permite a su titular la prevención del uso indebido por parte de terceros, le dota de mayores garantías de prosperidad ante posibles reclamaciones por su infracción y refuerza la posición competitiva de la start-up.

Además de ello, proteger la propiedad intelectual mediante los registros oficialmente reconocidos (como la OEPM, la EUIPO o el Sistema de Madrid) puede garantizar o potenciar el retorno de la inversión en innovación, la mejora de las negociaciones de acuerdos comerciales y la incubación de una mayor confianza entre los inversores, además de constituir un dispositivo para evitar la pérdida de ventajas competitivas y conflictos por apropiaciones indebidas.

4. Cumplir con la normativa de protección de datos (RGPD y LOPDGDD) 

La Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales (LOPDGDD) y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), entre otras, regulan los mecanismos para recolectar, almacenar y usar datos personales de terceros ajenos a la start-up, siendo esencial en este sentido atender a aspectos como pueden ser, entre otros, los siguientes:

  • La información a los usuarios sobre el uso y el tratamiento de sus datos. 
  • La solicitud y la recopilación del consentimiento explícito de los usuarios de recabar sus datos. 
  • La adopción de medidas de seguridad para proteger la información personal que maneja la propia start-up.

Desde el punto de vista jurídico, cumplir con la normativa de protección de datos asegura la transparencia en el uso de la información personal de los clientes, empleados y usuarios, previniendo sanciones económicas que pueden llegar a ser muy elevadas, además de ayudar a proteger la reputación de la empresa, fomentando la confianza de los usuarios y facilitando la creación y el mantenimiento de relaciones comerciales sólidas y duraderas.

En conclusión, el proceso de lanzar una start-up está dotado de una gran complejidad jurídica y fiscal que exige un enfoque meticuloso y profesional. Cada decisión tomada en las primeras etapas del proyecto tiene el potencial de influir en su futuro crecimiento y estabilidad. Por ello, es altamente recomendable contar con asesoramiento jurídico especializado para acometer una puesta en marcha dotada de las mejores garantías y una mayor seguridad jurídica, minimizando de este modo aquellos riesgos que puedan surgir y optimizando las oportunidades para evitar los futuros desafíos del mercado con una base sólida y bien estructurada.

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