Fiscalidad: donaciones a entidades sin ánimo de lucro en el ámbito de la empresa
En el ámbito empresarial actual, por motivos de compromiso social y solidaridad, se promuevan acciones dirigidas a apoyar a ONG o entidades sin ánimo de lucro. Estas organizaciones trabajan para combatir la pobreza, la desigualdad o brindar apoyo médico-sanitario, entre otras causas. Existen numerosas iniciativas, como los bancos de alimentos, programas de ayuda a refugiados, apoyo en países en desarrollo o proyectos medioambientales. Un ejemplo reciente fue el estallido de la guerra en Ucrania, que motivó a cientos de empresas a lanzar campañas de apoyo y recaudación de fondos para los desplazados.
Las empresas tienen diversas opciones para contribuir en causas sociales, reflejando su responsabilidad social corporativa (RSC). Además, las normas fiscales ofrecen incentivos específicos que permiten a los donantes beneficiarse de sus donaciones de manera fiscalmente ventajosa.
Opciones empresariales para realizar donaciones
Las empresas cuentan con diversas alternativas para contribuir a estas causas sociales integrando la responsabilidad social corporativa (RSC) en sus estrategias. Además, también aprovechan los incentivos fiscales que promueve la normativa vigente. La Ley 49/2002, de 23 de diciembre, sobre el régimen fiscal de entidades sin fines lucrativos y los incentivos fiscales al mecenazgo, regula las distintas formas de donación y establece beneficios tanto para las entidades receptoras como para los donantes.
Convenios de colaboración empresarial: otra forma de realizar donaciones
Una fórmula cada vez más utilizada son los convenios de colaboración empresarial, en los que las empresas acuerdan una contribución económica destinada al cumplimiento de los fines de interés general de la entidad colaboradora, como fundaciones u ONG. Estas aportaciones, al considerarse liberalidades, no son deducibles como gasto en el Impuesto sobre Sociedades. No obstante, la normativa permite deducciones fiscales específicas para estos casos.
Además del beneficio fiscal, estas colaboraciones mejoran significativamente la imagen de marca de las empresas. Las entidades beneficiarias se comprometen por escrito a difundir la participación del colaborador. Esto potencia el reconocimiento público del compromiso social de la empresa, un enfoque común en sectores como el deportivo, alimentario o sanitario.
Donaciones monetarias y en especie: incentivos fiscales
Otra alternativa es realizar contribuciones económicas directas mediante donaciones en metálico o a través de la entrega de productos propios de la actividad empresarial. Según la Ley 49/2002, aunque estas donaciones no son deducibles como gasto (ajuste positivo en la base imponible), generan una deducción en la cuota fiscal equivalente al 35% del importe donado, incrementándose al 40% en ciertos casos si las aportaciones se mantienen durante al menos tres años a una misma entidad.
Para las donaciones en especie, es relevante el cambio introducido por la Disposición Final Tercera de la Ley 7/2022, que permite aplicar un IVA del 0% a las entregas de bienes producidos por la propia empresa y donados a entidades incluidas en la Ley 49/2002. Esto elimina la obligación previa de repercutir IVA por autoconsumo, lo que reducía la carga fiscal de las empresas al donar productos de su actividad principal.
Recaudación de fondos a través de fundaciones
Otras empresas han optado por intentar ayudar a recaudar fondos para determinadas causas. Para ello, se canalizan a través de una fundación que encaje dentro de la Ley 49/2002, bien propia del grupo empresarial o en colaboración con alguna tercera. De esta forma, se pueden aplicar una tributación adecuada a los fondos recaudados y canalizar las ayudas de manera eficiente y con los controles pertinentes.
Existen numerosas opciones para empresas que desean contribuir al apoyo social en diversos ámbitos. Las donaciones son un ejemplo. Es fundamental planificar y estudiar cuidadosamente las acciones solidarias para maximizar su impacto. Además, es clave aprovechar los incentivos fiscales disponibles, optimizando así el esfuerzo económico y mejorando el compromiso social de la empresa.
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