Alternativas para la resolución de conflictos en las compraventas de empresas
La resolución de conflictos es un mecanismo resultante de la negociación de un contrato de compraventa de empresas, elemento central de la compraventa. Tanto el contrato de compraventa como los acuerdos previos pueden ser una fuente significativa de conflictos, por lo que resulta imprescindible definir claramente que mecanismos se utilizarán para su resolución. Estos conflictos pueden surgir, inevitable e independientemente de quien sea la parte vendedora o compradora.
En este artículo, exploramos las alternativas legales disponibles para la resolución de conflictos en compraventas de empresas y analizamos los factores clave a considerar al elegir la más adecuada.
A. Jurisdicción ordinaria para la resolución de conflictos en las compraventas de empresas
La primera opción para resolver conflictos es someterlos a los juzgados y tribunales, que se encargan de dirimir la disputa aplicando la legislación vigente.
Ventajas y desventajas de la jurisdicción ordinaria en la resolución de conflictos
Entre las ventajas más importantes nos encontramos:
- Seguridad jurídica: Los jueces y tribunales actúan con independencia e imparcialidad, garantizadas constitucionalmente.
- Regulación normativa: El procedimiento está claramente establecido por la ley, lo que aporta transparencia.
- Acceso a recursos: Las decisiones erróneas pueden ser revisadas mediante recursos, lo que incrementa la posibilidad de obtener justicia.
No obstante, también hay que destacar las desventajas, particularmente la excesiva lentitud para resolver litigios. El sistema judicial español se encuentra saturado y burocratizado. La posibilidad de acceder a dos instancias y a un recurso extraordinario ante el Tribunal Supremo, sin perjuicio de otros recursos especiales; hacen que el conflicto se prolongue en el tiempo desmesuradamente.
Además, la excesiva meticulosidad en la regulación por ley impide la adaptación por las partes a sus necesidades. A eso hay que sumarle la falta de especialización de los jueces. Esto reduce su capacidad para resolver conflictos de especial complejidad técnica.
Aspectos a considerar al elegir la jurisdicción ordinaria en la resolución de conflictos
Si decides someter los conflictos a la jurisdicción ordinaria, es crucial tener en cuenta los siguientes puntos:
- Partido judicial: Es esencial designar en el contrato el partido judicial al que se someterán los litigios. Si esto no se especifica, podrías verte obligado a litigar en una localidad lejana o incluso en otro país, especialmente en operaciones internacionales.
- Ley aplicable: En casos de carácter internacional, es imprescindible acordar cuál será la legislación que regirá el contrato para evitar problemas derivados de la falta de claridad
B. Sumisión a arbitraje para la resolución de conflictos en las compraventas de empresas
La cláusula de sumisión a arbitraje es una opción cada vez más popular en los contratos de compraventa de empresas, gracias a las importantes ventajas que ofrece respecto a la jurisdicción ordinaria. El arbitraje es una alternativa eficaz para resolver conflictos de forma más rápida, flexible y confidencial, características esenciales en el ámbito empresarial.
Ventajas del arbitraje
Los procedimientos arbitrales destacan por su capacidad para adaptarse a las necesidades de las partes involucradas y poder resolver los conflictos.
- Flexibilidad y especialización: Las partes tienen la libertad de elegir a los árbitros, designando profesionales altamente especializados en la materia objeto del conflicto, como abogados con experiencia en resolución de conflictos empresariales. Además, las partes pueden diseñar conjuntamente con el árbitro el procedimiento a seguir, seleccionando aspectos como el idioma y las normas aplicables, lo que permite personalizar completamente el proceso.
- Celeridad: A diferencia de los procesos judiciales, el arbitraje es de instancia única y concluye con un laudo arbitral. Aunque este laudo puede ser objeto de anulación, los motivos para ello están estrictamente tasados por la ley, lo que agiliza considerablemente la resolución del conflicto.
- Confidencialidad: A diferencia del procedimiento judicial, el arbitraje es secreto, lo que significa que solo las partes y los árbitros conocen el contenido del proceso. Esta característica es especialmente valiosa en compraventas de empresas, ya que protege la reputación de las sociedades involucradas. Para reforzar esta confidencialidad, es recomendable incluir una cláusula específica de confidencialidad dentro del contrato arbitral.
Desventajas del arbitraje
A pesar de sus beneficios, el arbitraje presenta ciertas limitaciones:
- Coste elevado: En general, el arbitraje suele ser más costoso que los procedimientos judiciales, especialmente si se recurre al arbitraje institucional.
- Instancia única: Aunque la falta de múltiples instancias acelera el proceso, también significa que no es posible revisar el fondo de la decisión. La única opción en caso de desacuerdo es la acción de anulación, un procedimiento excepcional que no permite una revisión completa del caso.
Diferencia entre el arbitraje institucional y el arbitraje ad hoc
Existen dos modalidades principales de arbitraje, cada una con sus propias características:
- Arbitraje institucional: La administración del proceso es gestionada por una institución dedicada exclusivamente al arbitraje. Esto aporta mayores garantías de calidad. Sin embargo, esta modalidad es generalmente más costosa.
- Arbitraje ad hoc: La administración del procedimiento recae directamente en los árbitros designados por las partes. Aunque esta opción puede resultar más económica, depende en gran medida de la experiencia y profesionalidad de los árbitros para garantizar un proceso eficiente.
A la hora de incorporar una cláusula arbitral en un contrato de compraventa de empresa, es fundamental evaluar cuál de estas modalidades es la más adecuada en función de los intereses y presupuesto de las partes.
C. Mecanismo de dos fases para la resolución de conflictos en las compraventas de empresas
Además de las alternativas tradicionales como la jurisdicción ordinaria o el arbitraje, existe un enfoque más sofisticado y eficaz para resolver disputas: los mecanismos de dos fases. Este método combina una primera fase enfocada en la resolución amistosa del conflicto, como la negociación o mediación, seguida de una segunda fase contenciosa, que puede ser a través del arbitraje o la jurisdicción ordinaria.
Primera fase: negociación y/o mediación
La fase inicial se centra en intentar resolver la controversia de forma amistosa, proporcionando múltiples beneficios:
- Aproximación inicial: Permite a las partes delimitar claramente los puntos en disputa y sentar las bases para un posible entendimiento.
- Ahorro de costes: Si se alcanza una solución amigable, se evita el gasto asociado a los procesos contenciosos.
Sin embargo, esta etapa también presenta riesgos. En casos donde las posiciones de las partes son completamente opuestas, la negociación puede agravar la relación ya deteriorada, aumentando la tensión y prolongando el tiempo necesario para resolver el conflicto.
Segunda fase: resolución contenciosa
Si la primera fase no logra un acuerdo, el conflicto pasa a una segunda etapa en la que se recurre al arbitraje o la jurisdicción ordinaria. Esta combinación de fases permite un enfoque progresivo, priorizando la solución amistosa, pero garantizando un mecanismo final para resolver la disputa de manera definitiva.
Cláusulas de procedibilidad
Para garantizar que la fase de negociación o mediación se cumpla correctamente, es fundamental establecerla como un requisito de procedibilidad. Esto significa que:
- Obligatoriedad: Si la fase inicial no se lleva a cabo, ni el árbitro ni el juez podrán emitir un laudo o sentencia.
- Paralización del procedimiento: En caso de incumplimiento, el proceso contencioso deberá detenerse hasta que se complete la fase inicial.
- Duración de la primera fase: Es crucial delimitar el tiempo de la fase inicial para evitar que el conflicto quede indefinidamente en esta etapa. Para ello es importante establecer plazos claros e hitos definidos: Establecer condiciones específicas que marquen el final de la fase inicial, como la emisión de un informe de mediación.
D. Cláusulas mixtas para la resolución de conflictos en las compraventas de empresas
Las cláusulas mixtas, también conocidas como cláusulas alternativas o híbridas, ofrecen una solución flexible para la resolución de conflictos en los contratos de compraventa de empresas. Este tipo de cláusula permite que el demandante elija entre acudir a los juzgados y tribunales de una jurisdicción determinada o someter el litigio a arbitraje, obligando al demandado a aceptar la opción seleccionada.
Ventajas de las cláusulas mixtas
- Flexibilidad en el momento del conflicto:
- Estas cláusulas dejan abierta la elección del método de resolución hasta que surja la disputa, lo que permite decidir con mayor información y en función de la naturaleza específica del conflicto.
- Este enfoque es especialmente útil en compraventas de empresas, donde los conflictos pueden variar significativamente en complejidad y ámbito (comercial, técnico o financiero).
- Adapta la resolución al caso concreto:
- Si el conflicto requiere rapidez o confidencialidad, se puede optar por el arbitraje.
- Por otro lado, si es necesario un marco legal más amplio, puede recurrirse a los juzgados y tribunales.
Recomendaciones para la redacción de cláusulas mixtas
- Asesoramiento especializado: La correcta redacción de estas cláusulas es crucial para evitar ambigüedades o interpretaciones conflictivas que puedan alargar innecesariamente la resolución del litigio.
- Definir las opciones disponibles: Especificar claramente los métodos entre los cuales se podrá elegir: jurisdicción ordinaria o arbitraje.
- Determinar la jurisdicción y la normativa aplicable: En el caso de acudir a tribunales, incluir el partido judicial y la ley que regirá el contrato.
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